El shock, el parón, el ¿qué me está pasando? No encuentras palabras para definirlo. Te da miedo porque se trata de un tema que hace que gire tu vida, en lo que basas casi las 24 horas de ella. La música. Y de repente te encuentras ante el folio/pantalla en blanco y descubres que no te salen las palabras. No es que no sientas nada con respecto a lo que te brindan tus auriculares. No. La cuestión es que tus dedos no reaccionan, no brotan palabras para plasmar lo que sientes, lo que te transmite. Un bloqueo que te golpea en el pecho y piensas si quizás no vales para esto, porque para eso somos los mejores. Para echarnos aún más piedras en nuestro tejado.
Así pasan los días y supones que puede ser pasajero, pero cuando vuelves a intentarlo pasa lo mismo y un sudor frío recorre tu frente. Esto no puede ser. No puede ser que ese amor se este apagando. Parecía eterno, parecía como los amores de verano, como tu canción favorita. Algo que nunca se va iba a terminar.
Los días y meses pasan. Reconoces que tienes un bloqueo, lo mejor es asumirlo. Tú como la que más sigues amando la música, no paras de oírla todos los días, buscando y buscando entre estanterías, entre vídeos. Siempre alerta. La vida es así. A veces es mejor detenerse para coger aliento y carrerilla y salir volando. Mejor que arrastrarse por inercia sin aportar nada de calidad con lo que te sientas satisfecha.
No. Había que frenar.
Porque aquí hay mucho tiempo y dedicación y nadie parece valorarlo. Solo si se dice algo negativo viene la gente en masa. Que difícil es dar las gracias y que fácil pedir. Sí, mucha gente agradecida me he encontrado en todos estos años pero otra tanta interesada y habladora. Siempre he escrito lo que he sentido aunque haya gente que lo cuestione o no lo crea. Será que de tan sincero no lo parece. Yo no tengo la culpa del mundo en el que vivimos. A mi nadie me ha dicho nunca lo que tengo que decir ni me he visto en compromisos, ¿que me iba a aportar a mi eso? Y mira que me han puesto en situaciones así, pero yo siempre con educación he dicho que no.
Lo siento pero seguiré haciendo las cosas de corazón, comentando lo que no me guste de manera constructiva porque si hablo de algo es porque sé que tiene potencial y que aunque quizás este un poco verde, puede llegar a más. Y pocas veces me he equivocado a decir verdad. Otra cosa es que tú opines lo mismo o lo contrario. Para eso todos debemos ser críticos con lo que leemos.
En definitiva, quiera o no siempre voy a estar unida a esto de una u otra forma porque es lo que me da la gasolina para continuar todos los días. Unas veces tendré más tiempo y otras nada, pero siempre va a estar ahí y mientras pueda lo compartiré con vosotros. Seáis miles o cuatro personas. Si esas cuatro personas me leen, aprecian lo que digo o hace que les entre el gusanillo por escuchar o investigar sobre lo que hablo, habrá merecido la pena.
Viva la música y viva el darse cuenta de cuando hay que parar para reposar, descansar y volver a dar caña.
¿Continuamos?
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