¡Extreme metal music for extreme metal people! Como rezaría una de las míticas camisetas de Morbid Angel. Si tendría que elegir un adjetivo para lo que aconteció la noche del 14 de Diciembre en la Sala Tunk de Irún gracias a MPR Productions y Management, bajo el nombre de Metal Sessions V.4, sería bestialidad y apocalipsis.
Abrieron el evento los zamoranos Death
& Legacy que venían presentando su EP Start to Fall. Poco a poco fue
animándose la sala con su presencia y desgranaron los temas. Jesús y José repartieron muy buenos riffs guiados por
Carlos a la batería. Hugo al bajo acompañó a Ely a la voz con algunos coros
guturales que no quedaron nada mal. La puesta en escena de Ely fue muy buena,
lo vivió en todo momento y no paró de moverse. Aunque es bastante atípica por
su registro melódico y no me acabó de gustar en el conjunto. Los dos últimos
temas sonaron muy agresivos pero aún les queda trabajo por hacer y rodar para pulirlos.
A continuación aparecerían en
escena la revelación y gran sorpresa del festival. Los franceses Smashed
hicieron honor al nombre de su banda y lo dejaron todo patas arriba,
“destrozado”, “hecho añicos” o “reventado”.
Su brutal death con toques gore grind y zapatilla al canto fue recibido
con júbilo entre el público que comenzó a calentar en nada. Los pogos no se
resistieron más en aparecer, sobre todo alentados por unos cuantos franceses
que vinieron apoyando a Smashed y que bien pudimos comprobar que disfrutaron
del resto de bandas.
Nunca había visto semejante
salvajada en directo en cada instrumento. Los guitarras por su parte dale que
te pego para arriba, para abajo, que si tapping, que si miles de notas por
segundo sin darnos tregua. Mat y Seb parecía que jugaran más con su instrumento
que otra cosa. Lo del bajo os aviso, de otro mundo. Momo engañó a todo el
personal con su gorra echada para atrás y sus vestimentas un tanto peculiares y
nos dio a todos una severa lección. A más
de un bajista dejaría frustrado para los restos. Por cierto que la ausencia de
bajista seria constante en el festival.
Julien nos desgarró y sorprendió
a todos por su chorro de voz de caverna y su complexión física. Alain por su parte, un crack tras los
parches. No paraba. Le daba como demonio salido del manicomio. Seguía los
ritmos a rajatabla acompañado fielmente por Mat y Seb. Pero sin duda, lo del
bajista Momo para enmarcarlo. Eso es dar el 200% de tu instrumento y hacer que
parezca lo más sencillo del mundo. Dedos de goma. Luego lo vimos entregado en
las primeras filas con el resto de bandas. Increíble. Con razón cuando fuimos
al merchan se les habían terminado las demos. Habían volado literalmente.
Bloody Brotherhood tenían la
difícil papeleta de continuar el evento tras el gran nivel mostrado por los
franceses Smashed. Sin bajo pero con las ganas de darlo todo comenzaron su
espectáculo. Personalmente los había visto hace mínimo un año con su anterior
formación y tenia bastante curiosidad ante el nuevo cantante. Me gustó mucho la
puesta en escena de Juan. Le da mucha chicha a la banda que ya de por si tiene.
Noté mucho cambio y evolución. Quizás más densos, crudos y oscuros. Más pesados
y persistentes en sus estructuras, en comparación con la primera vez que los
vi. Además, los temas nuevos que presentaron me agradaron bastante y me
convencieron. Mientras Nargalu repartía riffs por doquier, Baalzemon tuvo
problemas con su guitarra y estuvo unos minutos ausente del escenario.
Por su parte Juan a los parches
estuvo muy estricto y correcto, sin perder el ritmo y manteniendo la
apisonadora a tono. Y a pesar de no tener bajista, se defendieron muy bien arrancando sendos aplausos y aceptación por
parte del público allí presente.
La tralla iba haciendo mella en
el cuerpo pero a continuación venia un plato muy fuerte, antes del postre.
Carnivorous Voracity desde Bilbao venían a dejar las cosas claras. Ni medias
tinta ni nada, aunque ellos se encargaran de decir que “tocaban medios tiempos”
o “baladas”. Tremendo. De los mejores en sonido de la noche, los de Bilbao
arrasaron con la primera canción sobre las tablas.
Otra banda sin bajista que
la partió. No quiero ni imaginarme como habría sonado aquello con la aportación
de un bajista. Un imponente Javi “Seyerot” a las voces me dejó perpleja. Que
dominio de la voz, del espacio en escena y de sus posibilidades. Así como Turbine y Xabat que no dieron tregua
alguna a sus guitarras que sonaron un poco bajas. Lo de Edgar también tuvo
tela. Menudos blast beats más marcados y cerrados que se marcó, sin pausa, sin
una mínima equivocación. Se notó muchísimo lo ensayado y perfeccionado que lo
tienen todo y eso lo agradecimos todos. Los pogos serían constantes. Un notable
muy alto para los de Bilbao que me convencieron, a pesar de no ser estilos que
escuche a menudo. En directo esto tiene mucha magia.
Avulsed aparecieron en escena
sobre la una de la mañana con una horda de zombies como público. Los de Madrid
se despacharon una hora y media y una canción extra de regalo que no estaba
incluida en su setlist de la noche. Gente que lleva en esto más de 30 años y
parecen unos mozos. Desde el 91 repartiendo sin cesar, tocando en todas partes.
Tras mucho tiempo sin pisar el
norte, aquí nos encontramos en esta ocasión tan especial. Desgranaron varios
temas de su última obra, “Ritual Zombie” que fueron muy bien recibidas por el
público así como sus grandes clásicos ya. Se acordaron del gran Chuck de Death,
del que hacían ya, justo el día anterior al de este concierto, 12 años de su
muerte. Tocaron el “Zombie ritual” que desató más aún la locura si cabe.
Pidieron movimiento, que se caldeara
más el ambiente. Se consiguió a medias. La gente estaba destruida de tanta
tralla pero lo dio todo con Avulsed. Un impresionante, como siempre, Dave
Rotten al micro me dejó de nuevo sorprendida por su labor vocal así como su
presencia en el escenario. Tras haberlos visto en el Resurrection Fest del 2013
donde me ganaron por completo, mucha culpa de que estuviera allí viéndoles en
la Sala Tunk de Irún era por ellos.
El tema Zompiro me gustó mucho y
me eché unas risas con los desvaríos que comentaba previamente a tocar el tema
Rotten. Sick Sick Sex también sonó espectacular. Tenían en sus filas la baja de
Juancar a las seis cuerdas, por una tendiditis que según comentó Rotten le está
llevando por la calle de la amargura. En su lugar estaba Miguel, que se
defendió más que bien en su papel. José
a la otra guitarra y Tana al bajo no dejaron de agitar las melenas, sobre todo
Tana que las tiene más largas que nadie.
Mención a parte al bestia de los
parches llamado Óscar. Salvajada es poco. Técnico, enrevesado, persistente.
Vamos, impresionantes. Y más impresionante era ver que se mantenía en ritmos
infernales y era seguido al milímetro por Miguel y José. Un diez se me antoja
poca nota.
Finalizaron la noche con la mítica
“Exorcismo vaginal” que tuvo muy buena acogida en las primeras filas y con la
que terminó el evento.
Hasta que vieron que la gente pedía otra, al ritmo de
“Beste bat” a lo que Rotten hizo la gracia de “Siempre llamando a Esteban” Y se
tocaron otro tema como bonus track de los más antiguos. Más de hora y media de destrucción que nos
dejó a todos saciados. No me esperaba que durara tanto su actuación y fue todo
un lujo.
La gente se animó bastante al
final y hubo buen ambiente. Los incidentes de los que me enteré posteriormente
no merecen un espacio aquí ya que lo importante era la música y ni la sala ni Txarli
tuvieron la menor culpa en lo que aconteció. Desde aquí agradecemos a Txarli
su buen trato y acogida, tanto a mí personalmente como a todos los navarros que
allí acudimos en masa montando un microbús de 24 plazas. Muchas gracias por
montar estas cosas, ojalá puedas seguir haciéndolo por mucho tiempo y nosotros
que lo veamos.
¡Extreme metal a tope!
Gracias por vuestro tiempo,
Sonia
Gracias por vuestro tiempo,
Sonia
No hay comentarios:
Publicar un comentario