El sábado 23 de noviembre se presentó una gran ocasión que nunca esperé poder tener. Ver a Muro sobre los escenarios de nuevo, con nuevo lanzamiento y formación original. Quizás algunos no lo podréis entender pero cuando yo conocí a Muro ya no "existía". Estaba Silver con SilverFist, otra banda que me apasiona, y lo de Muro era pura recreación en un pasado que no pude disfrutar, ni rememorar en el presente en vivo.
Cual fue mi sorpresa al apreciar su
vuelta, su nuevo disco y encima poder tener la oportunidad de verlos en directo
en semejantes condiciones. Irrepetible. Ya soy feliz. Una espinita clavada que
tenía, de unos mitos como lo son para mí. Mitos en vivo, sin duda.
Con estos ánimos nos dirigimos por primera
vez a la Sala Tunk de Irún. Muro estaban incluidos en la gran fiesta de Metal
Norte. Éste era su segundo fin de semana de conciertos, cerrando con un broche
de oro. Tener a Muro en un evento así no es moco de pavo a mi parecer.
Los primeros imprevistos llegaron pronto. Tras un viaje tranquilo nos perdimos al llegar al sitio. Con un frío de mil demonios encontramos poco después la Sala Tunk y conseguimos entrar cuando la primera banda estaba sobre los escenarios con algún que otro tema ya en su saco. La sala me gustó mucho. Pequeña y acogedora, pero hacia un frio impresionante. Sin embargo eso cambiaria con el transcurrir de los grupos ya que al acumularse la gente, el calor corporal ayudaría bastante.
Unbound fueron los primeros en abrir el
evento, como os iba contando. Las canciones que pude verles no me gustaron
mucho. Muy verdes en general y la verdad que faltaba mucha chispa por parte de
su vocalista Lidia. Muy estática en el escenario. No había mucha comunicación
con el respetable. Además, no me gustó mucho el registro en los temas. Más bien
parecía como si hubieran comenzado en esto. Y lo comprendí por ello. Sin
embargo, mirando el libreto informativo del festival que nos fue habilitado en
la entrada a la sala, vi que la banda llevaba en activo desde 2006 y que habían
compartido una mini gira con Dark Moor. Y entonces si que no lo llegué a
comprender.
Las versiones no mejoraron el panorama. Ni
el "Doctor, doctor” de Ufo ni "The trooper" de Iron Maiden
consiguieron animarme o hacerme cambiar de parecer. Una verdadera pena. Eso
si, si hubo algo que me gustó es que hubiera una chica tocando el bajo, Puri,
cosa que pocas veces he visto en bandas de heavy.
Ethos caldearon más el panorama. Los de
Logroño salieron con muchas ganas de agradar y de mover a la gente y lo
consiguieron. Sobre todo buena culpa de ello tuvo su frontman Rodri que no desistió
de animar y de mover a la gente. Eso le perdió ya que se enrolló más de la
cuenta entre tema y tema, presentándolo e interactuando con el público sin percatarse
de que el tiempo corría. Pero lo llevó con filosofía. Muy agradable Rodri y
palabras muy bien elegidas aunque si que le podríamos dar el consejo de que
acortara el discurso para tener más por tocar. Aunque la emoción del momento
puede, sin duda.
Del resto se encargaron la base rítmica de
Edu y David a los parches por ejemplo. Venían presentando su nuevo lanzamiento
"Desnudando la realidad" y lo cierto es que me convencieron. Vendrán
al Infernu Taberna el próximo año, y seguramente volvamos a verlos en directo.
Muy bien elegidas y ejecutadas las versiones tanto de "Mari" de
SuTaGar, que me emocionó especialmente, o "I wanna be somebody" de
Wasp, que Rodri clavó en el registro vocal. Como bien dijo él, una de sus
grandes influencias y de su grupo favorito de por vida.
A continuación le tocaba el turno a Eveth.
Antes de meterme en su actuación comentar que el cambio entre banda y banda se
me hizo especialmente largo. Eso pesaría bastante sobre el cuerpo a posteriori.
Eveth venían desde Mallorca presentando su
disco "El legado de los sueños" Un power metal con algún toque
agresivo que no acabó de convencerme. La intención era buena sin duda, pero se
me hizo un show demasiado repetitivo quizás. El cantante, David, me recordó a
Pablo Monteagudo de Uzzhuaia en el aspecto físico, con esos cabellos rubios que
por momentos le cubrían el rostro cuando cantaba. Sin embargo, aquello fueron
espejismos.
Destaco la labor de su guitarra David
Kamstedt que se deleitó con su instrumento y me gustó sobre todo cuando le
imprimió un sonido más crudo. Puede ser que lo que les falta sea otra guitarra
para darle más consistencia a los temas, ya que posteriormente pusieron su
videoclip del tema “Sacrificio” en la pantalla tras el escenario, cuando
estaban cambiando entre banda y banda, y sonó estupendo.
En definitiva, fue una actuación correcta
pero que no consiguió despertar mi entusiasmo.
Pasando ya el ecuador de los seis grupos
que iban a salir a escena le tocaba el turno a Mandrágora Negra. Tuve la
oportunidad de verlos a principio de año en el Infernu Taberna y sabía lo que
iba a ver de nuevo. En esta ocasión jugaban en casa, ya que son de Irún y se
notó por el público entregado que allí había. Comentaron que iba a ser su último
concierto porque se van a meter de nuevo en el estudio con su nuevo
lanzamiento. Continuaron presentando su disco "Sueños de realidad"
Como curiosidad destacar que al teclado y
coros esta Eider Bailador que también forma parte de la gran banda Aiumeen
Basoa que tan poco se prodiga en los escenarios, por desgracia. Su labor fue
muy buena, acompañaba muy bien al registro de Moisés y creaban bonitos matices
de voces.
Sin embargo, al igual que me ocurrió en el
Infernu Taberna, no me engancharon. Demasiado edulcorante y suaves para mi
gusto, quizás predecibles. Los redobles powermetaleros se desvanecían. Cuando
conseguían meterle chicha se centraban en temas más lentos, y eso cortaba el
ritmo. Eso si, agradecidos fueron un rato. Invitaron a chupitos a la gente, le
regalaron tres camisetas a tres niños, grandes seguidores de la banda por lo
que comentó Moisés al micro y cerraron presentando su nuevo videoclip “Gritaré”
en la enorme pantalla tras el escenario.
En estas que el cuerpo estaba ya en las
ultimas como quien dice. Un refrigerio y unas galletas vinieron bien en el cambio
entre grupo y grupo. Algunos intercambios de opiniones, impresiones y a ver que
tal los Oker de Madrid.
Ellos se definen como "auténtico
heavy macarra callejero en español". Sonaron bien, correctos a mi parecer.
Lo que más me agradó fue la puesta en escena de su vocalista Xina que estuvo
muy acertada tras el micro. Su registro entre melódico y rasgado es bastante
peculiar aunque, si un pero podríamos ponerle es que, una vez que has escuchado
un tema, sabes como van a ser los demás en cuanto a su labor. No es nada malo,
pero quizás por momentos puede cargar, aunque a mi personalmente me gustó
bastante.
También estuvo muy acertada la puesta en
escena de su bajista Juanky. Intentó animar al personal y bajó a tocar entre el
público. La mayor parte del peso de la base rítmica la llevaban Álvaro y José
que estuvieron ambos muy correctos en sus respectivos instrumentos.
Interpretaron temas entretenidos como
"Culpable", "Corre" o "La hora de actuar", que
fue una de las que más me gustaron. Presentaron varios temas de su nuevo
lanzamiento "Culpable" que sigue la línea de su anterior disco. La
banda no arriesga demasiado en este aspecto. La fórmula les gusta, es en la que
se sienten más cómodos. Cerraron de buena manera con "Rebeldes de
acero" Un concierto correcto. Quizás me esperaba más de ellos, por todo el
revuelo que hay sobre la banda, pero no estuvo mal.
Y por fin la hora esperada, el grupo
ansiado. Tras más de seis horas e incontables intercambios y descansos allá por
la una y media de la mañana apareció en escena Muro. Y se desató el caos. Lapi,
Largo, Julito y Silver. El cansancio que pude haber tenido de todo el festival,
se desvaneció y fue arrebatado de mi cuerpo por las manos expertas de los
madrileños speed metaleros. Menuda apisonadora. ¡Que gozada!
(Una pena que hace unos pocos días saltara la noticia de que Silver ya no va a seguir en Muro por motivos personales, con lo cual esta ocasión fue la única y que recordaré de por si ya con más cariño. Suerte tuve porque si no creo que ya no la habria tenido.)
(Una pena que hace unos pocos días saltara la noticia de que Silver ya no va a seguir en Muro por motivos personales, con lo cual esta ocasión fue la única y que recordaré de por si ya con más cariño. Suerte tuve porque si no creo que ya no la habria tenido.)
Tema tras tema, no había descanso, y ¿Qué
narices? ¡No queríamos descanso alguno! Daba igual si era del nuevo, si era de
lo clásico. Aquello sonaba de escándalo, a la perfección. Los ritmos los
llevaban a rajatabla, sin fisuras. Menuda locura, en serio. No era de extrañar
que terminaran un tema y fueran raudos a beber agua o a secarse con las
toallas. Además, ya no son unos jovenzuelos como diría aquel, aunque se les ve
en una forma estupenda, muy felices volviendo a tocar juntos.
De su "Cuarto jinete" cayeron
temas como "Honorable" u "Otra batalla más" Y a diferencia
del disco, que no me ha acabado de convencer del todo, en directo suenan
tremendos. Ganan enteros y potencial, sin duda. Y que decir de los clásicos.
Pura delicatesen. Que si "Telón de acero", que si "La maldición de
Kcor"…
Aquello era una locura de speed metal y
decibelios. Estaba viviendo una realidad que no olvidaré en la vida. Por
lo que representa ésta banda, y por lo que significa para mi. Julito y Lapi la
liaban. Menudos máquinas, como marcaban los ritmos, no se perdían, así como
Largo a las seis cuerdas con un peinado cuanto menos peculiar. Silver, bien
ataviado con su chaleco de parches, su inconfundible perilla, gorra, guantes de
cuero y su chorro de voz. Nada podía salir mal, estaba claro.
La cosa no quedó ahí. Muro había para
rato. Tocaron la fibra sensible de una servidora con "Epílogo" o
"Amos de la oscuridad". Incluso empleó Silver las mismas palabras que
en aquel mítico disco del 87, "Acero y sangre". De hecho, echándole
un ojo ahora creo que se tocaron el disco entero. Incluso cayó "Fast as a
shark" de Accept. "Mata" fue otro trallazo. No había tema malo.
"Ciclón", "Juicio final"... No daba a basto.
Pero como con todo lo bueno, tiene final.
Y con ellos llegó "La voz" en honor a Dio, el cover de Accept y como
no podía ser menos, cerrar el concierto con su tema emblemático "Mirada
asesina"
Impresionante ver a estos cuatro jinetes
del speed metal de nuevo sobre los escenarios a pesar de la edad, del tiempo y
de la crisis que nos azota. Siempre nos quedará la música, sin duda.
Esplendidos recuerdos para los más veteranos de la sala y para una servidora.
No me arrepiento de vivir en esta época. No soy de las que dicen "Me
hubiese gustado vivir en...".
Cada época tiene lo suyo y por suerte estoy teniendo la fortuna de ver a bandas de antes que tanto aprecio como a otras actuales que me enloquecen y que dentro de unos años serán también historia, en el buen término de la palabra.
Cada época tiene lo suyo y por suerte estoy teniendo la fortuna de ver a bandas de antes que tanto aprecio como a otras actuales que me enloquecen y que dentro de unos años serán también historia, en el buen término de la palabra.
Destacar antes de terminar detalles a
favor del festival ya que fue muy buena la iniciativa la de incluir bandas desconocidas
para que un gran público que va por un cabeza de cartel como en este caso sea
Muro pueda descubrirlos. Estuvo muy bien también surtir de regalos al
respetable entre banda y banda y hacer una breve presentación de cada una antes
de aparecer en escena.
Además, fue reseñable que con cada banda
estuviera tras de ellos su fotografía y nombre de la misma, ayudaba bastante a
los últimos rezagados que no hubiesen llegado a tiempo al principio.
Sin embargo, siempre hay cosas por mejorar
como por ejemplo que la inclusión de tantas bandas hizo bastante pesada la
jornada, sobre todo el intercambio entre una y otra. Quizás menos bandas hubieran
hecho del evento algo más rodado. En vez de seis, cuatro hubiese sido un número
bastante acertado.
¡Salud y speed metal!
Sonia
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